30.12.12

Rajoy en bici (estática)

Las reflexiones del añorado Javier Pradera valen tanto para esbozar el retrato robot del editor ideal como para subrayar la conditio sine qua non para la sostenibilidad de cualquier gobierno: "La capacidad para armonizar sus gustos personales y las líneas generales de ese proyecto con la demanda social no solo actual sino también potencial"; o sea, la imprescindible convergencia entre ideología y realidad que, en el primer año de Rajoy como mandamás de la patria, ha brillado por su ausencia. Diga lo que diga el ínclito gallego ante los micrófonos, el balance de su gestión como presidente del Gobierno se reduce, por el momento, a una alarmante falta de proyecto y una desmedida querencia por pasarse por el forro las demandas sociales a golpe de decreto. La estampa definitoria de este gran aficionado al ciclismo, se la debemos a Antoni Gutiérrez-Rubí: "Rajoy da la impresión de estar —y con él todos los ciudadanos— pedaleando en una bicicleta estática. Sudas pero no avanzas". Este tancredismo por otros medios —"su quietismo es su fortaleza", opina Enric Juliana— le permite aferrarse al poder sintiéndose por encima del bien y del mal, como todos los de su cuerda, pero resulta ofensivo. Ha advertido David Gistau que Rajoy "permanece amparado en una curiosa idea de la inevitabilidad, según la cual hay una causa exógena […] que le exime hasta de dar explicaciones por las mentiras y las deserciones de los principios. Y que, por supuesto, le concede una patente de corso para seguir comportándose así cuanto se le antoje". Aunque debería andarse con ojo, porque la calle está cada vez más reventona y ningún pronóstico desinteresado ofrece datos para saciar su sed revolucionaria. Vicente Verdú lo ha resumido con lenguaje barroco: "Se ha alcanzado un punto crítico en que el enviscamiento en la austeridad ha engordado el yerro". Pues eso.

28.12.12

Matar al mensajero

Coinciden en el tiempo un vomitivo estudio sobre el retrato que ha hecho la prensa foránea de la patética coyuntura española en 2012 y un certero documental británico que ahonda en la herida nacional. El estudio lo elabora el tendencioso Observatorio Marca España del Real Instituto Elcano, lo encarga nuestro victimista Gobierno y lo pagamos a escote los españoles, aunque su conclusión no deja de sorprender: los MASP (Medios Anglosajones y Protestantes) son "promotores de una visión negativa y parcial de España"; frente a ellos está "la visión menos pronunciada e incluso objetiva que han emitido los medios chinos y franceses, que han proyectado una imagen de España más fiel a la realidad". Resumiendo, a Rajoy le han pasado una nota (subvencionada) que asegura que el China Daily es más fiable que The New York Times o The Wall Street Journal y el presidente ha interiorizado que la dictadura comunista le da sopas con honda al imperio capitalista en materia de ética periodística. Los peperos deben ver a los anglosajones como los demonios del periodismo mundial, pues el embajador Trillo también se ha quejado a la BBC "por el contenido parcial del reportaje" The Great Spanish Crash, "ya que refleja sus debilidades económicas [las de España, claro] pero no sus fortalezas". Lo que muestra, en realidad, el británico Paul Mason en el último documental de la serie This World no es más que una síntesis inofensiva de lo que ya ilustró Aleix Saló en sus geniales Españistán y Simiocracia y de lo que ha venido denunciando Jordi Évole cada semana en Salvados. Estamos a la cola de Europa porque nos lo tenemos bien merecido, y no saldremos de ahí matando al mensajero sino obligándole a modificar su mensaje gracias a una política decente; aunque me parece que de esto no nos queda en España.

26.12.12

Bla, bla, bla real

Ya avisó el proverbial Machado cuando el apocalipsis doméstico del 36: "Españolito que vienes / al mundo te guarde Dios". No añadió al rey como celador patrio porque España atravesaba entonces un oasis republicano que, por desgracia, la dictadura redujo a espejismo. Sin embargo, hoy nos toca sufrir a un monarca (auto)erigido en garante de un puñado de valores con los que su majestad (de ustedes) no comulga, pero que cada Nochebuena hace tragar a sus súbditos cual ruedas de molino. Baudelaire dejó escrito que "Dios es el único ser que, para gobernar, no necesita existir", y ahora sabemos que el Rey de España es el único gobernante que, para existir, no necesita ejercer. Le basta con mostrar una vez al año por televisión su decadencia —física y moral— para justificar ante su feligresía la paga vitalicia que le tenemos asignada; entre tanto, se le van los otros trescientos sesenta y cuatro días en hacer gala de su inviolabilidad, ese alto concepto que yo entiendo como el derecho a dar por culo sin ser dado; porque en eso consiste el despreocupado ejercicio de la monarquía, una rancia forma de gobierno que se adelantó varias centurias al inefable Monti en su deseo de detentar el poder sin someterse a la elección popular. Con todo, en este annus horribilis para su irreal familia, (don) Juan Carlos nos ha vuelto a tocar los borbones con su navideño bla, bla, bla discursivo, que ha largado recostado de media cacharela sobre su escritorio, con más mala cara que una peseta oxidada. Esta vez ha pedido "respeto mutuo" y "lealtad recíproca", lo cual me deja mucho más que tranquilo, pues así se emparejan nuestras fuerzas: mi lealtad y mi respeto hacia lo que él representa son idénticos a los que siente él por lo que yo soy. No sé si me explico.

24.12.12

Evasión (fiscal) y victoria

Explicaba Rousseau en La cuestión social que la verdadera igualdad radica "en que ningún ciudadano sea tan rico que pueda comprar a otro ciudadano, ni que sea tan pobre que se vea obligado a venderse". Por desgracia, en España nunca llegamos a rondar esa utopía; ni siquiera cuando abandonamos, a duras penas, el apagado blanco y negro dictatorial y nos adentramos en la democracia coreando "la vida es una tómbola / de luz y de color". La maldita crisis mundial, que los españoles nos hemos tomado, según nuestra costumbre, a la tremenda, no ha hecho sino extremar la brecha que separa a los del taco, cuyo parné se multiplica a velocidades de vértigo, de la inmensa mayoría de tiesos, que los últimos informes publicados desmenuzan así: casi la mitad de la población está en situación de precariedad; y la mitad de la mitad ha caído en ese eufemismo que hemos dado en llamar riesgo de pobreza, lo que, traducido al cristiano, viene a significar que entre diez millones de españoles se ha extendido, como denunciaba Rafael Azcona en La Codorniz de cuando entonces, "la costumbre de no comer con regularidad". Ni siquiera bastan para ello las millonarias limosnas del magnate de los trapitos, Amancio Ortega, que intenta disimular con ridículos gestos de buena voluntad su estreno como segunda mayor fortuna planetaria. Pretende con ello que obviemos que, para los de su casta, no hay afición más provechosa que evadir impuestos, gracias a la connivencia de una justicia reformada a su antojo y a un Gobierno que amenaza con la boca pequeña mientras desprecia los servicios prestados por monsieur Falciani, el joven informático que ha destapado las vergüenzas de la banca mundial poniendo nombre y apellidos a la crème de la crème de los evasores fiscales, incluidos los 659 españolitos que, por política gentileza, seguirán durmiendo tranquilos.

22.12.12

Apocalipsis No

Aún no sé si me alegra o me entristece el asunto —voy a consultar mi cuenta corriente y luego te cuento— pero lo cierto es que la invasora milonga del fin del mundo terminó llevando letra de tango: de Gardel y Le Pera, para más señas; hoy, mal que les pese a los có(s)micos perdonavidas del más allá, "el mundo sigue andando". Eso sí, la matraca apocalíptica infligida por quienes viven al otro lado (de nuestro lado), ha servido para que entre todos les subvencionemos una confortable Navidad. Aunque lo único cierto tras la fallida profecía maya es que la película de la jornada para la que primero nos anunciaron el fin del mundo… más tarde redujeron al fin de una era… y a última hora, al más puro estilo Rajoy, dijeron tararí que te vi donde habían dicho digo, concluyó parafraseando un título clásico de la cinematografía universal: de momento, 'Apocalipsis No'. Resulta que lo que ayer terminaba era el décimo tercer b’aktún, que es el titulillo que los mayas aplican a una porrada de años (394,5), tras el que los miembros de esa civilización indígena ven, como advierte el ecuménico Mayor Zaragoza, "otra oportunidad de extraer las lecciones del pasado y diseñar un futuro más acorde con su dignidad". O sea, que los mayas también hacen propósito de enmienda, pero no con el año nuevo sino con el nuevo b’aktún, que le da una pátina de misticismo paranoico a lo de dejar de fumar y apuntarse al gimnasio. En fin, que no queda más remedio que aplaudir la contundente conclusión de Zugasti sobre la raza de los conspiranoicos: "Las grandes creencias, aquellas a las que damos mayor credibilidad, no son solo capaces de hacernos creer tonterías, sino un montón de tonterías que se contradicen unas a otras".

20.12.12

Dios los cría...

Ayer me entretuve escudriñando el 'Abecedario de la corrupción 2012', publicado a doble página por El Mundo hace unos días: 141 nombres de sospechosos habituales, de la A de Acebes a la U de Urdangarín, pasando por exóticos ejemplares como José Blanco, Carlos Fabra o Rodrigo Rato. Ni bien acababa de finiquitar la deshonrosa retahíla, cuando aún rumiaba el conspiranoico credo del añorado Christopher Hitchens ("Creo que este planeta es usado como colonia penal, manicomio y basurero por una civilización superior para deshacerse de los indeseables e incapaces. No lo puedo probar, pero usted tampoco puede demostrar lo contrario"), me di de bruces en internet con una foto de aúpa; en ella, su majestad (de ustedes) aparece flanqueada por la corrupta flor y nata del mosqueante binomio empresariado/política durante una cacería de perdices perpetrada hace un lustro: un trío de palmeros, envuelto en rigurosos ropajes cinegéticos, sonríe en la instantánea junto al Rey. Casualmente, los tres retratados aparecían referidos en el pútrido inventario que acababa de empaparme: Gerardo Díaz Ferrán, exmandamás de la CEOE, enchironado por presunto delito de alzamiento de bienes y blanqueo de capitales; Jaume Matas, excacique (popular) de Baleares, empapelado por diversos delitos y pringado en más de veinte casos por malversación, fraude, falsedad, prevaricación y tráfico de influencias; y Arturo Fernández, número uno de la patronal madrileña y dos de la española, imputado por estafa, apropiación indebida y falsificación de cuentas por lo de Bankia. Miré la foto largo rato y, mientras certificaba que a este país medieval no lo rescata ni la madre que parió a Merkel, cruzaron por mi mente películas —La escopeta nacional, claro—, novelas —Las amistades peligrosas—, canciones —With a little help from my friends— y hasta el socorrido refranero castellano, que acudió para recordarme que Dios los cría… y ellos se lo reparten.

18.12.12

El Papa de (B)Roma

Las revelaciones del último libro del Papa de (B)Roma tienen en vilo a medio mundo cristiano, pero en España, que sale muy beneficiada en el nuevo inventario de Benedicto equis uve palito, nos las hemos tomado con la conveniente displicencia (y un sano cachondeo), pues ya estamos acostumbrados a ciertos sobresaltos por los (neo)historiadores domésticos, esos que han reducido nuestra Guerra Civil a una discusión entre cuñados y el franquismo a un paréntesis arcádico. Así que los mayores damnificados por los recortes al portal de Belén serán los vendedores de figuritas navideñas, que tendrán que sacrificar para años venideros a la ganadería jesuita, pues dice el Papa (de sus hijos) que en el nacimiento no había pesebre ni mula ni buey. La Iglesia católica demuestra con ello que no se toma en serio ni a sus propios mitos, y sus correligionarios andan desconcertados sin saber a qué atenerse. En casa también estamos preocupados porque, aunque somos gente de poca fe, sabemos por Georges Dumézil que "un pueblo sin mitos está muerto"; pero nos ocupa más la memoria de José María Carulla, aquel menguado coplero que legó a la posteridad una (inacabada) Biblia en verso, que ahora se estará revolviendo en su tumba ante la ruina de su mayor hallazgo, un ripio que sentenciaba: "Nuestro Señor Jesucristo / nació en un pesebre. / Donde menos se piensa / salta la liebre". También ha descubierto el tuitero Pontifex que los reyes magos no venían de Oriente sino de Tartessos, que es el nombre culto de una finca que lindaba con Huelva, Cádiz y Sevilla; y que el incienso, el oro y la mirra que llegaron a Belén tenían aroma andaluz. A lo mejor, antes de seguir a la estrella, sus majestades se bajaron al moro y lo que llevaron en las alforjas era maría… y de ahí el aroma.

16.12.12

Hambre de indulto

Hace algo más de un año, Cristina Fallarás retrataba así a un amigo fotógrafo y escritor: "En Uribe siempre se respira la libertad ventilada de los que nada tienen, ni siquiera prejuicios, ni pactos, ni cuentas pendientes. Ni mierdecitas de compadreo". Por aquel entonces, la Fallarás no sospechaba que, algo más de un año después, la sede de su editorial sería el lugar elegido por aquel amigo para ponerse en huelga de hambre, pero adelantaba (in)conscientemente la admirable catadura del personaje que el pasado 11 de diciembre se bajó de un autobús en Barcelona, pilló en La Boquería lo justo para un bocata de jamón y queso y, tras darse un humilde festín, anunció que no comería más; no, al menos, hasta ver cumplidas sus peticiones. Willy Uribe reclama que le den largas a un antiguo yonqui gallego, hoy rehabilitado, que se vio arrollado hace años por el aniquilador galope del caballo y que fue pillado dos veces cambiando unas papelinas de manos; como contraprestación, el reportero vasco demanda de los mandamases presentes y pasados explicaciones acerca de algunos indultos que se le antojan injustificables, como el rubricado por Gallardón a favor de cuatro mossos d’esquadra condenados por tortura o el concedido in extremis por Zapatero a un gerifalte de los dineros. La España democrática regala casi quinientos indultos por año y, lo mismo da que gobierne la derecha que la izquierda, siempre caen del mismo lado —"golpistas del 23-F, terroristas de los GAL, políticos corruptos, jueces prevaricadores, grandes empresarios y banqueros defraudadores, narcotraficantes…"—. Uribe, optimista, se quita importancia: “No soy un suicida, no soy un mártir, no soy un héroe, pero voy a ir hasta el final porque el final va a ser la libertad de David, no va a ser un final necrológico”. Lo que pasa es que, con esta gente de por medio, nunca se sabe.

14.12.12

La puntilla de (Mon)toro

A falta de un buen matador que echarse a la cara sobre el albero parlamentario, el ministro (Mon)toro, uno de esos morlacos de boquilla (mal)criados en la dehesa genovesa para crecerse en el castigo, le echó pitones la otra tarde a los del siete —la prensa— en el coso de los diputados: les dijo que menos criticar desde los editoriales de sus periódicos y más pagar (religiosamente) los impuestos; que menos dar lecciones de ética y más coherencia entre las palabras (publicadas) y los hechos. Pero en el último tercio de la lidia, encerrado en tablas, al impetuoso (Mon)toro bravo le flojearon los cuartos traseros y, a la hora del chivatazo, se jiñó: "La ley impide al Ministerio citar la situación fiscal de contribuyentes concretos, pero sí le permite hablar de la situación de un sector". En ese preciso instante oyó el primer aviso de la autoridad y evitó que la faena terminara en estocada, lo cual que hizo mutis por chiqueros sin decir adiós muy buenas. Se ve que recordó entonces que el apoderado de esos recaderos a los que acababa de amenazar es el mismo que de tapadillo le dice a él en los corrales cómo debe embestir las cuentas públicas y, a lo peor, se le cruzó por entre la cornamenta un artículo en el que Pere Rusiñol resumía hace poco las estrechas relaciones entre banca y prensa: Prisa (El País y Ser), con Banco Santander, HSBC y Caixabank; El Mundo, con la banca italiana; Vocento (ABC), con Banco Santander y BBVA; Planeta (Antena 3, La Sexta, La Razón), con Banco Sabadell; Grupo Zeta (El Periódico), con Bankia y La Caixa; y Grupo Godó (La Vanguardia), con La Caixa. Al día siguiente, en distinta plaza, (Mon)toro volvió a presumir de criadillas anunciando una lista pública de defraudadores y morosos; solo quedó en el aire quién le dará la puntilla.

12.12.12

Trinque en la muralla

David Jiménez denuncia en su blog, con amargada ironía, la reduccionista división que la ciudadanía hace de su entorno: los malos son los otros: "Preferimos levantar una muralla que nos defienda de la 'despreciable' relatividad, esa bruma que todo lo confunde, para diluirnos en la reconfortante masa de los nuestros. Los buenos". Plausible queja, porque nos consta que a esa muralla se le mete mano desde ambos lados, y hasta desde un tercero, si lo hubiere. Sin ir más lejos, el pasado domingo metió mano a la muralla (de Pamplona) Santiago Cervera, secretario cuarto de la Mesa del Congreso de los Diputados en representación del Partido Popular; para su sorpresa, halló en ella un sobre con 25.000 euros y no los prometidos documentos que revelarían supuestas corruptelas en Caja Navarra. Seguramente por eso, acudió a la anónima cita de incógnito, oculto tras un gorro y una bufanda que de poco le sirvieron, pues la benemérita, avisada del lance, lo trincó en el acto. "Si tú no vas por el camino de los malos, nunca te encontrarás con ellos", advierte un proverbio chino pero, por su relato, se ve que el diputado navarro es más dado a la novela negra que a la filosofía oriental. Con todo, Cervera se excusó de inmediato y ahora nos impone la peliaguda tarea de creer (o no) su fabulosa versión de los hechos a quienes devoramos aforismos y, por tanto, sabemos que "la verdad, como poco, lleva una doble vida" (Miguel Ángel Arcas). Los medios aplauden la integridad del presunto pardillo, extrañados por su pronta dimisión, mas yo me resisto al gesto, porque aún resuenan en mi cabeza los ecos del reciente visionado de Los idus de marzo, esa descorazonadora película de George Clooney con la que entendí que un político verdaderamente íntegro jamás hubiera metido mano a la muralla.

10.12.12

Cerrado por contra-reformas

Pasó el puente de la Constitución y, por vez primera desde que tengo uso de razón política, no se celebró la efeméride con jornada de puertas abiertas en el Congreso. Las semanas previas al cumpleaños de nuestra Carta Magna, los seguratas del Estado habían impedido a porrazos rodear el centro de trabajo de los diputados nacionales pero el día de su aniversario se afanaron en lo contrario: animaban a los viandantes a rodear el palacio, ligeritos. Algún humorista gráfico llegó a dibujar en su perímetro —afilando pincel e ingenio— un cartel que rezaba "Cerrado por contra-reformas", pero lo cierto es que el maltratado hemiciclo no quiso esta vez enseñar sus vergüenzas cotidianas a la ciudadanía; eso, y que tampoco puede echar mano ahora de un campechano anfitrión como TrilloBono, que mostraban los lujos congresuales a los españolitos como pagados de su bolsillo y hasta explicaban la democracia como invento propio. A falta de procesión civil, los papeles se han entregado este año a una enconada lucha entre reformistas y conservadores que ya va cansando: comidilla para hoy y hojarasca para mañana, los artículos que demandan una revisión constitucional deberían reclamar, primero, una reforma de los constitucionalistas; mas ni lo uno ni lo otro se darán bajo mandato popular. Ahora que la Constitución va quedando huérfana de padres, son sus madres las que reclaman un lugar en la historia, pero la solución no pasa por ahí: si seguimos mirando al pasado, seremos siempre unos atrasados. España debe ser el único país del mundo en el que, cuanto más antigua es una Constitución, más moderno resulta su articulado: se cumple ahora el bicentenario de 'La Pepa' gaditana y uno envidia los privilegios de nuestros antepasados; doscientos años después, la involución sufrida amenaza con desterrar el concepto de progreso de nuestro léxico.

8.12.12

Como un toro

Según Swift, al inteligente se le identifica cuando todos los necios se conjuran contra él. Aplicando la lógica inversa, habría que colegir que la categoría de un necio se mide por oposición al coeficiente intelectual de sus enemigos. Dando por bueno este silogismo, la necedad del ministro de Educación resulta insuperable para el común de los mortales. Si, como aseguran quienes lo conocen, el ínclito Wert es un lince a la hora de asimilar encuestas, no le habrá llevado mucho tiempo percatarse de que, pese a sus ínfulas de superdotado, la gente lo toma por tonto y por malo, que son dos sumandos de cuya adición no suele resultar nada provechoso. El anteproyecto de su Ley orgánica para la mejora de la calidad educativa se abre con una modélica declaración de intenciones —"El aprendizaje en la escuela debe ir dirigido a formar personas autónomas, criticas, con pensamiento propio"— pero enseguida se desdice y se suceden, uno tras otro, los desvaríos en "un bodrio tercermundista que ni diagnostica los problemas del sistema educativo español ni propone una sola solución inteligente" (Sala-i-Martín): menos Ciudadanía y más Religión; más intervencionismo en las materias; desprecio por las lenguas cooficiales; guiños a la enseñanza concertada… "Una, católica y elitista" será, según Ramoneda, la escuela parida por este contemporáneo fénix de los ingenios que, con gusto, entra al trapo: "Soy como el toro bravo, que se crece con el castigo". El que fuera "tertuliano presuntuoso y tobillero" cita a Miguel Hernández en defensa propia pero, en esta piel taurina sin alfabetizar, su bravuconería recuerda más a Jesulín de Ubrique. Con todo, lo alarmante del caso es que, en el sistema educativo por venir, el (des)conocimiento se transmitirá de profesor a estudiante, como maldecía Mark Twain, "sin pasar por el cerebro del uno ni del otro". O sea, como hasta ahora.

6.12.12

El crac

Escucho estos días a Nacho Vegas con celo: por obligaciones profesionales pero disfrutando cada estrofa y cada melodía de un (im)pagable lujo a mi alcance. Disfrutando, he escrito más arriba; y asustándome, añado aquí. Hará poco más de un año, el cantautor asturiano ponía al día la canción protesta con una de sus habituales letanías: el demoledor artefacto llevaba por título Cómo hacer crac y, en sus poco menos de cinco minutos, hermanaba de manera insuperable la más cruda realidad con la más deseable de las ucronías. Asustándome, he escrito más arriba, y ahora se entenderá el porqué: "Te informan de que han desarticulado / a la cúpula de la CEOE". Lo escucho, y lo vuelvo a escuchar, y digo para mis adentros que la voz que escapa de mis JBL pertenece, además de al juglar más hondamente lírico y filosófico de nuestra península histérica, a un jodido profeta, a un posmoderno jinete del apocalipsis. En esto me entretengo cuando Vegas canta: "Y una niña susurra a tu oído / que han desahuciado a la familia Botín". Y me digo que no, que no puede ser, que nunca sucederá tal cosa; pero, en medio de tanta pesadilla, el sueño no me lo quita nadie. Lo que pasa es que la letanía avanza, y la ucronía se confunde cada vez más (y mejor) con la historia real: "Y en la calle se hace un gran silencio, / pero si escuchas bien oirás un crac. / En toda España solo suena un crac. / En occidente solo se oye un crac”. Un estribillo heterodoxo que ya no abandonará la dolorosa onomatopeya hasta el final. Le doy, una vez más, al play; me detengo (y me recreo) en una ambigua certidumbre: "Solo habrá un nuevo principio / una vez consumado el fin". Y el susto se queda conmigo.

4.12.12

Carne de Guillotin

Sin que sirva de precedente, los medios nacionales se permitieron ayer un lujo extraordinario: dar una buena noticia. Ha caído en las garras de la justicia Gerardo Díaz Ferrán, el penúltimo mandamás de esa vampírica secta que jibariza a los españolitos de a pie y que hemos dado en llamar CEOE. Se le acusa de alzamiento de bienes y blanqueo de capitales pero si, además de la ordinaria, existiera en nuestra indigna patria una justicia poética impartida por la ciudadanía, el (presunto) malhechor debería llevar ya algunos años a la sombra, siquiera por la mala baba que gastaba cuando era el afectado patrón de los patronos. Como quiera que sea, tranquiliza saber que han trincado al fulano que dijo aquello de "los empresarios no somos culpables de la crisis, hemos creado riqueza", omitiendo que esa riqueza fue a parar íntegramente a sus bolsillos, como ha demostrado el registro de su domicilio, empapelado con billetes de dos ceros. Han detenido al menda lenguarón que propuso "trabajar más y ganar menos para salir de la crisis", al tiempo que él compraba lingotes de oro como yo compro la barra de pan a diario. Han pescado al pez gordo que demandaba sin rubor "menos intervencionismo, más desregulación, más externalización de los servicios públicos" cuando sus deseos eran órdenes para un Partido Popular al que financiaba, manirroto, sus campañas electorales. Han pillado al cínico mangui que, tras quebrar su aerolínea y sisar la calderilla de sus pasajeros, confesó: "Yo no hubiera elegido Air Comet para volar a ningún sitio". En fin, van a amargarle las Navidades al fariseo que observó: "Estamos en una crisis muy seria y nos tenemos que apretar el cinturón, empezando por la Administración". Sugerente ejercicio que el doctor Guillotin hubiera aconsejado terminar apretando su pescuezo.

2.12.12

El bienpagao

En vísperas de las segundas elecciones que perdería frente a Felipe González en 1993, Aznar fue destinatario de una Carta (en forma de libro) enviada por un esperanzado Arrabal; en ella, el profeta del milenarismo deseaba que el futuro gobierno pepero actuara "siguiendo el consejo de Sócrates bajo la autoridad de la belleza, de la ciencia, de la moral y de la verdad". Para cuando Aznar pudo mudarse finalmente a La Moncloa, tres años más tarde, el deseo publicado se tornó desprecio público: por no andarse con rodeos, el agrandado presidente ejecutó una enmienda a la totalidad de la sugerencia socrática: fealdad, inmoralidad y mentira fueron sus señas de identidad. Pese a todo, la querencia continuista de los españoles prorrogó, un mandato más, los primeros "cuatro años de aburrimiento" y "buena merienda". Había triunfado, remató Umbral, "el régimen de vitaminas y el vacío mental". Mas llegó el día en que España no toleró al tío del bigote ni una mentira (subvencionada) más y lo condenó a dejarlas por escrito (y por lo privado), que es a lo que se dedica desde entonces. En sucesivos panfletos bienpagaos, el expresidente ha tergiversado sus ocho años de gobierno y anunciado un antídoto contra la crisis escasamente leído, a lo que se ve. Ahora se pasea por estudios y platós idiotizando al respetable, como recién salido de un festival del humor tróspido, haciendo chistes para anormales y largando sandeces sin compasión. La percha es el primer tomo de unas Memorias que hasta el fatuo Carlos Herrera ve como pasadas por la nevera: "No habla mal de nadie". Ni siquiera de sí mismo, claro. En 2002, mediada su última legislatura, Victoria Prego se interesó por segunda vez por sus errores cometidos como gobernante. La (no) respuesta del presidente más ridículo de nuestra democracia fue: "Eso lo dejamos para el próximo libro". Pero ni por esas.