26.2.13

Gobernando en diferido

Empiezo a pensar que la inmarcesible coplilla de Campoamor se ha mantenido en boga de siglo en siglo únicamente para servir de parapeto a los bocones del PP: según dejó escrito el poeta asturiano para los restos, "en este mundo traidor / nada es verdad ni es mentira, / todo es según el color / del cristal con que se mira"; una incontrovertible certidumbre que parece haberse convertido en el undécimo mandamiento para la feligresía pepera, cuyos bustos parlantes se afanan cada día en redecorar la realidad de su genovesa casa añadiendo una nueva entrada a su particular diccionario de neolengua. Anotaba el pasado fin de semana el cervantino Jiménez Lozano que, en plena "florescencia de ignorancia y de banalidad", no caben los discursos alternativos, pues "la verdad no existe, todo es opinión" y, lo más grave, "nada es nada sino lo que decidimos que sea". Tomándole la palabra al sabio castellano, la repulsiva Cospedal volvió a violar ayer, de una tacada, los hechos probados, el derecho laboral y la académica lengua española: para explicar el (pen)último desaguisado de los suyos, farfulló la generalísima secretaria que lo que se pactó con el innombrable Bárcenas fue una "indemnización en diferido", a lo que añadió algo así como que el acuerdo era "en forma de simulación de lo que antes era una retribución"; y, dicho lo dicho, siguió trabucándose graciosamente durante un minuto que debió parecerle un siglo. En lo que va camino de convertirse en una ridícula tradición, la Cospedal volvió a sufrir las feroces consecuencias del papelón generalizado que se ha visto obligado a desempeñar el Partido Popular desde que a su incompetente gestión se ha sumado el conocimiento de su indecente comportamiento. Pero en el teatrillo democrático no hace falta reinventar la lengua para llamar a las cosas por su nombre; solo se precisa un Gobierno directo, no diferido.

3 comentarios:

  1. hola, seguramente serás un rojillo, pero tienes toda la razón.
    Esto da asco.

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    1. Se puede ser de derecha o rojillo sin necesidad de perder la sensatez.

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    2. Joé, éste se ha devanao los sesos...por lo que colijo que se tratará de un fachilla...;)

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