30.3.13

No puedo cantar ni quiero

Agnóstico a fuer de lecturas y ateo por la gracia de Dios —como Buñuel—, cada vez me resulta más ininteligible el maltrato con el que el altísimo despacha la Semana Santa española. Y en materia divina no caben medias tintas: o el magno hacedor del universo no existe o maldita la gracia que le hace que los humanos nos regodeemos en el sufrido vía crucis de su unigénito entre golpes de pecho; porque no debe ser producto de la casualidad que cada año, por estas fechas, se desencadene el diluvio universal sobre nuestros machadianos "páramos de asceta", con la consiguiente frustración de una enfurecida masa folclórica que ve abortadas así sus ansias de procesionar la nada bajo palio. Como Serrat, yo tampoco "puedo cantar ni quiero / a ese Jesús del madero"; por eso, tradicionalmente dedico estos días de pasión y recogimiento a elaborar rudimentarias teorías acerca de la (in)existencia divina, que no ambicionan trascender más allá de la puerta de mi casa. La última, confeccionada con frescos retales periodísticos, se desarrolla más o menos como sigue: si el decimocuarto salmo se atreve a insultar la inteligencia más roma ("Piensa el necio: no hay Dios"), han de saber los creyentes que todavía son mayoría porque, gozando de diez mil religiones entre las que escoger, malo sería que no hallaran entre ellas alguna divinidad a la que ponerle una vela; pero han de saber igualmente que los descreídos superamos ya los mil cien millones —la sexta parte del planeta—, lo que nos convierte, de facto, en la tercera religión; una (anti)creencia a la que se suman en desbandada antiguos fieles y vocaciones perdidas del catolicismo que dan la razón a Chesterton: "Desde que los hombres han dejado de creer en Dios no es que no crean en nada, es que se lo creen todo"; incluso que las semanas santas pasadas por agua son producto del azar.

1 comentario:

  1. ¿Acaso es difícil que llueva en primavera? ¿Es casual que llueva esta Semana Santa cuando lo ha hecho durante las semanas previas y lo seguirá haciendo en la semana posterior? Lo raro hubiera sido que toda la Semana Santa fuera soleada en la época más variable del año.

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