Anda el patio un tanto revuelto por mor de un concejal gallego que ha etiquetado como "chochito de oro" a la señora Sáenz de Santamaría [en adelante SS], y no termina uno de comprender las furibundas reacciones que ha suscitado su fabulador exabrupto. Resumiendo: un edil nacionalista se recrea en el retórico arte de la sinécdoque desde su blog particular, una bitácora entre coñona y chabacana de limitado alcance; merced al mencionado tropo alude a los 40.000 euros que el ministerio de SS tiene presupuestados para "recoñecementos xinecolóxicos"; el improperio escapa al ámbito local, y el populacho español, con el (radical)feminismo al frente, se la coge (una vez más) con papel de fumar y pide la dimisión del (presunto) bocazas; el ministerio de SS aclara el destino de la partida denunciada, para desfacer el entuerto; por último, el rapsoda accede a la petición popular, previa redacción de un sensato pliego de descargo en el que anota: "É curioso que eu teña que dimitir por un erro deste calibre, mentres outros imputados unha, duas ou tres veces seguen no cargo". Sin ir más lejos, el partido (supuestamente) agraviado por la retranca del tal Charlín aún acoge entre sus filas a indeseables como el ínclito León de la Riva, autor de toda una enciclopedia de la grosería que, por desgracia, le ha permitido apoltronarse en la alcaldía vallisoletana durante casi dos décadas. Pero lo sustancial del caso es que la vicepresidenta plenipotenciaria del Gobierno está empezando a caer (demasiado) gorda entre quienes no soportan su insultante omnipresencia, y ya está sufriendo los primeros revolcones. Iñaki Gabilondo la rebautizó el otro día como "Soraya da Vinci" por su irrefrenable acumulación de cargos, y nos parece harto atinado el remoquete, pues nos están intentando colar como polímata gubernamental a quien que no pasa de saber muy poco de todo y nada de mucho, que diría Perroantonio. Así que, 'Vade retro Soraya'.
Cuando en las escuelas algunos niños tienen que recibir alimentación, que tanto criticar a Cuba y ya nos vamos pareciendo, que unas funcionarias tengan un Dr. Pussy, es como para tirarse de los pelos
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