25.1.13

Un fantasma recorre el PSOE

En El manifiesto comunista de Marx y Engels un fantasma recorría la Europa de 1848: "El fantasma del comunismo"; y no me quiero ni imaginar lo que pensaría el dinámico dúo prusiano al saber que el único nexo que conserva el socialismo español con el marxismo, a día de hoy, es precisamente un fantasma… pero no comunista, sino columnista: un posrevolucionario espectro juntaletras, cuyo "psoedónimo" era Amy Martin, encarnado por una personalidad tan inestable que al momento de escribir estas líneas había mudado las trazas del defenestrado exdirector general de la Fundación Ideas (Carlos Mulas) por las de su polifacética exmujer (Irene Zoe Alameda), que se ha revelado a última hora como la fantasmagórica sabelotodo. La señora de Mulas se muestra encantada de conocerse en un comunicado con el que pretende deshacer el entuerto, aunque no acierta a disimular que la chusca trama es solo una campaña de márquetin para vendernos su próxima novela; eso sí, subvencionada por la factoría socialista que dirigía su marido, quien la había fichado como "global observer", a razón de tres mil euros la broma, para dar cuenta —¡ojo al dato!— "de los reequilibrios y paradojas constantes que se establecen entre lo local y lo global". De Alameda cuentan que escribe, canta y dirige cine, y que farda de bilingüismo, pero en ninguna de esas materias ha superado la intrascendencia. Siendo compasivos, dan ganar de despacharla con el mismo trato que Ortega concedió al políglota Salvador de Madariaga, advirtiéndole que también se puede ser tonto en cinco idiomas. La moraleja de la ridícula fábula es que en la casa socialista mandaban el nepotismo y la mamandurria al tiempo que en el seno popular estallaba el affaire Bárcenas, y que, a este paso, el (¿anhelado?) pacto anticorrupción habrán de firmarlo PSOE y PP en un vis a vis, en el trullo.

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