29.4.13

El dedo de Monago

El dedo de Monago debería pasar a la posteridad como incólume suvenir del descacharrante 'Celtiberia Show', aquel estrafalario escaparate expuesto en las páginas de la revista Triunfo donde el mordaz Luis Carandell recopilaba "las hazañas, andanzas, milagros, ejemplos, decires, gracias, desgracias, ocios y negocios de los celtíberos de nuestros días". El dedo de marras se lo jugó el chulesco bellotari extremeño en una baladronada tras encaramarse a la encina del poder autonómico: "Yo no he venido a hacer recortes sociales. Antes me corto un dedo, ¡vamos!", fue el envite que lanzó a una entrevistadora pública cuando entonces; y ahora, sus recortados sufridores han empapelado la región con su jeta y una coñona leyenda: "Se busca con o sin dedo". Lo cual que el fanfarrón mandamás, que parece haber olvidado que sus numerosos trapos sucios penden de tres endebles pinzas seudocomunistas, ha dado rienda suelta a su hocico y se pavonea por los medios verbalizando su victimismo. Los altavoces de la caverna mediática están reventando el límite de decibelios permitido por las más elementales normas de urbanidad para silenciar la voz de los desahuciados extremeños, pero ni todo el ruido ni toda la furia derechonas podrán acallar la calamitosa realidad de una región acogotada. El individuo que (des)calificó a su antecesor como el "campeón del paro en España" lleva ya acumulados casi setenta mil nuevos parias y aún no ha alcanzado el ecuador de su inestable legislatura. Pese a ello, se da el lujo de marear la perdiz abrazando los ensangrentados cuartos judíos y ambicionando quedar para los restos como "el presidente de la I+D+i extremeña". Incluso se ha postulado como el nuevo Guillermo Tell, porfiando con sus homólogos del arco mediterráneo: "Ellos tendrán el arco, pero yo tengo las flechas". Mas lo único que tiene es poca vergüenza; y un dedo que ya no le pertenece.

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