"La Confederación Europea de Sindicatos (CES) ha convocado para el próximo 14 de noviembre una Jornada Europea de Acción y Solidaridad por el empleo y contra las políticas de austeridad. Los sindicatos y movimientos ciudadanos del Reino de España y Portugal han organizado la primera huelga ibérica de 24 horas. En Grecia no han podido esperar tanto, y el 5 y 6 de noviembre han paralizado al país heleno durante 48 horas contra un gobierno irresponsable que aprobaba el tercer plan de ajuste exigido por una Troika necia y cómplice. En Italia, la CGIL ha convocado una huelga general de cuatro horas. En Francia, Bélgica, Alemania, Austria, Polonia, Rumania habrá manifestaciones de solidaridad, organizadas por los sindicatos. En Finlandia, Dinamarca, Reino Unido, Austria, habrá también acciones de protesta. En la República Checa y Eslovenia, la ola de contestación política y resistencia social llegará el 17 de noviembre con sendas manifestaciones…" (SinPermiso). "Partidos conservadores y neoliberales están gobernando, tanto en España como en la mayoría de países de la Unión Europea, incluyendo los de la Eurozona, implementando políticas públicas que tienen como consecuencia: 1) la realización de reformas laborales que conllevan la disminución de los salarios y el aumento del desempleo; 2) el descenso de la población activa; 3) la reducción de la protección social; 4) el recorte del gasto público social; 5) la privatización de las transferencias y de los servicios públicos del Estado del Bienestar; 6) la reducción de los derechos laborales y sociales; 7) la disminución y privatización de las pensiones públicas; y 8) el debilitamiento de la negociación colectiva y de los sindicatos" (Vicenç Navarro). "¿Son razones suficientes para esta huelga general? Me parece que sí lo son. Y lo es también la forma en que el Gobierno gestiona la situación: de forma poco transparente, con un doble leguaje, a golpe de Real Decreto, menospreciando cualquier posibilidad de diálogo y negociación, contradiciendo su programa electoral; y mostrando una actitud prepotente ante los españoles y servicial ante Europa, y en concreto ante Alemania que está liderando este desaguisado" (Cándido Méndez). "Se trata de la primera huelga internacional del siglo XXI" (Nacho Álvarez). "La novena huelga general de la democracia ya está en marcha" (Ana Requena Aguilar). "Es la primera vez en nuestra historia democrática reciente que se convocan dos jornadas de paro nacional en un mismo año" (José Pablo Ferrándiz). "Los movimientos sociales, habitualmente desconectados de la lucha sindical, han sumado sus fuerzas para lograr paralizar el país en un momento en el que la simple denuncia de la regresión absoluta que están llevando a cabo los poderes económicos es casi revolucionaria" (Alberto Garzón). "La ciudadanía que decidió tomar las plazas en mayo de 2011 ha desarrollado en los 549 días que van del 15-M de 2011 al 14-N de 2012 un auténtico proceso revolucionario, en respuesta a la crisis económica y política que afecta a todas las estructuras del país. La huelga general de mañana supone la confluencia de todas las luchas, en una unidad de acción que va mucho más allá de las meras reivindicaciones laborales" (Carlos Sánchez Almeida). "El carácter político de las huelgas generales creo que está fuera de toda duda. Y, con la legislación hoy vigente, deberían estar prohibidas" (Esperanza Aguirre). "La democracia no solo consiste en votar y callar. La huelga no es solo un derecho. En las circunstancias que vivimos, es casi una obligación" (Ignacio Escolar). "La huelga se juega en su capacidad de comunicar, de transmitir sensaciones y emociones poderosas que provoquen en la esfera pública, una publicidad emancipadora que sustituya a la actual y repetida, 'no hay otra alternativa" (Jorge Moruno). "Saber que la Huelga General, conquista y arma obrera, no es un juego como hoy parece y que, a falta de otra cosa y pese a quienes la convocan, hay que apoyarla… y ver que pasa" (Fernando Merodio). "Y el día después esperemos que nuestros gobernantes tengan altura de miras y se acuerden de cómo en el New Deal, cuando el Presidente Roosevelt estaba ajustando sus medidas económicas, recibía a sindicatos y organizaciones progresistas que le hacían las peticiones que creían justas. El Presidente las valoraba y al despedirse de ellos les decía algo parecido a: ‘¿Creen en ellas? Pues presiónenme desde la calle’. Lo hicieron y las movilizaciones sociales jugaron un papel crucial para conseguir avances sociales y para evitar recortes en derechos" (Mónica Melle).
"Todas las cosas están ya dichas; pero como nadie escucha, hay que volver a empezar siempre" (André Gide).
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