8.11.12

El culo y las témporas

Ya, ya sé que sabes por la cultura popular que nada tiene que ver, aparentemente, el culo con las témporas, pero ten paciencia: te demostraré lo contrario en unas trescientas palabras. Recuerda que hace ya año y medio que la red de redes parió un impagable magazine de cultura contemporánea anglonominado Jot Down, y anota dos de sus particularidades: la "filosofía de lo lento" que impera en su concepción; y sus enfoques "desde parámetros clásicos huyendo del sensacionalismo y profundizando en los temas". No olvides lo más importante: no entrevistan a nadie que esté de promoción o que no les pueda dedicar como mínimo una hora; por eso hay quien lo ha llamado "antimedio". Ahora sitúate en la rabiosa actualidad y en la tediosa cantinela socio-político-mediática que ha sucedido a la tragedia madrileña de la noche de Halloween, en la que la parca ganó la partida a la fiesta arrebatándole un póker de (jovencísimas) damas: las mismas negligencias, denuncias y reivindicaciones de siempre; Santa Bárbara se deja querer cuando truena y su eco deriva en mucho ruido tertuliano para hoy y pocas nueces para mañana. En caliente, la mansa loba capitalina (Ana Botella) y sus amilanados lobeznos solo ladraron imprudencias, porque "el lenguaje político no está interesado en la verdad, sino en el poder y su mantenimiento" (Pinter). Ahora imagina cómo hubiera obrado la antipolítica, al estilo Jot Down: lentitud, ausencia de sensacionalismo, profundidad; tomarse el tiempo preciso para abordar los temas y hacerlo solo cuando los focos apunten hacía otro objetivo. Aunque resulte paradójico, en política dejar pasar el tiempo sería lo más conveniente para no hacerlo todo a destiempo. Pero tampoco será esta la ocasión en que eso suceda. Ya lo advirtió el llorado García Calvo en su coñón himno de la Comunidad de Madrid: "Mire el sujeto / las vueltas que da el mundo / para estarse quieto".

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