6.11.12

Ciudadano Sabina

Sir Winston Churchill, mandamás de la Pérfida Albión omnipresente durante medio siglo, popularizó una frase que, según las malas lenguas, birló al escritor Charles Dudley Warner: "La política hace extraños compañeros de cama". Que se lo digan a Sabina, que frecuentó toda suerte de lechos en sus años mozos y que, en lo tocante a la política, parece seguir idéntica estrategia: envolverse en sábanas hospitalarias sea cual sea su pelaje. Insigne abanderado de los "rojos de Visa oro" que enferman a la derechona mediática, el cantautor jiennense siempre pidió el voto para Izquierda Unida o el PSOE, según lo demandara la coyuntura o el compadreo gremial, pero en la apocalíptica campaña electoral catalana, el nuevo bardo con trazas de anacoreta que se parece "a Sabina, ese que canta", se arrima a la nadería que representa Ciutadans, una demagógica y aséptica propuesta que ocupa en la tierra de 'Els segadors' la misma parcelita que en el resto del Estado invaden Rosa Díez y su inocua UPyD. Lo hace cediendo para la ocasión los ripios que emborronó hace un lustro en Interviú como 'Anteproyectos de letra para el himno nacional' [español] y, de paso, clavándosela como quien no quiere la cosa a estos españolistas de nuevo cuño: una pandilla que lo mismo cobija a lumbreras pagadas de sí mismas como Javier Nart que a ejemplares de la hondura intelectual del 'Yoyas' y que, para luchar contra aquel que Ambrose Bierce definió, avant la lettre, como "alguien a quien los intereses de una parte le parecen más importantes que los del todo", aparca cualquier sentido del ridículo. Frente al Mas patriota, los Ciudadanos patrioteros cantan todos unidos: "Ciudadanos, / tan fieramente humanos, / tan paisanos del / hermano de Babel. / Alta montaña / con puerto de mar, / clave de sol España. / Atrévete a soñar".

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