21.10.12

La burla de Rajoy

El Falcon 900 es un pájaro francés que no viene contemplado en el libro gordo de la fauna europea: se trata de una especie diseñada por la compañía Dassault -la firma ya provoca tembleque- para el transporte VIP, y los gerifaltes españoles se pirran por sus onerosos huesecitos metálicos. Por eso la Fuerza Aérea Española, que derrocha en defendernos de enemigos que no tenemos los dineros que el Gobierno le hurta a la sanidad y la educación públicas, tiene aparcada una bandada de estos halcones gabachos en la base de Torrejón: para cuando apetece darse un paseo, pues sabido es que "la clase política viaja cómodamente a ninguna parte" -Toni Garrido dixit-. Ejemplo práctico: ver un partido de fútbol en Polonia el mismo día que se reclama un salvavidas euromilmillonario para nuestros ahogadizos bancos, dando cuenta de generosas lascas de jamón de a doscientos euros el kilo y chupando vino a botella por cabeza, cuya cuenta pagaremos los de siempre, los únicos que nos apretamos el cinturón… porque nos estamos quedando en el chasis. El último dispendio protagonizado por un halcón franchute ha sido acercar a Rajoy hasta su añorada Galicia para largar un par de mítines electorales. Y, claro, la izquierda mediática se ha subido a las barbas del presidente para recordarle que, cuando el ínclito Zapatero -que en gloria esté- se daba semejantes caprichos, al entonces opositor la cosa le parecía "burla tras burla", o sea, "reírse de los españoles, mofarse de los contribuyentes […] una prueba de prepotencia impropia de un gobernante democrático en el siglo XXI". Pues lo dicho, Mariano: yo también recuerdo con morriña, como Manuel Rivas, la época en que practicabas el "quietismo": tu etapa más fructífera, cuando te limitabas a "contemplar los efectos de la ley de la gravedad en el desplome de las manzanas socialistas".

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